Los hábitos alimenticios también influyen sobre la reproducción. La desnutrición provoca trastornos del ciclo menstrual (amenorrea), lo que afecta lógicamente a la fecundidad.
También está relacionada con el número de abortos y de niños prematuros. Durante el embarazo y la lactancia, es importantísimo el cuidado de una buena alimentación para conseguir que nazcan niños sanos y fuertes y contribuir a mejorar los índices de morbi-mortalidad infantil.
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